Rosa Mystica
19/11/07
El sol no acaba de ocultarse, hileras luminosas serpentean entre los cañaverales de San Isidro. Docenas de mujeres con cirios encendidos, vienen de todas direcciones. Llegan presurosas como todos los viernes al rezo de la letanía. Algunas vienen de recintos muy lejanos hasta el hogar de la santita. La fama de sus prodigios se ha extendido a otras aldeas. Cada viernes la multitud crece. Hace calor. Las devotas, con mantillas en la cabeza y vestiditos ligeros, se congregan al pie de la colina donde vive la joven penitente. Se dice jamás un hombre la ha visto siquiera, porque su pureza está consagrada desde el nacimiento.
El grupo espera en silencio la señal con la mirada fija en las ventanas abiertas del único cuartito iluminado del piso alto. Se escucha el primer azote seguido de una breve queja. Es hora de empezar. Una tía de la joven dirige el ritual.
- Sancta María.
- Ora pro nobis- responde el coro ardiente y fervoroso
- Sancta Dei Génetrix.
- Ora pro nobis
La joven sola en el cuarto, con un crucifijo pendiendo del cuello como único vestido, permite que la multitud sea testigo del sacrificio. El rumor de la oración no llega hasta sus oídos con palabras inteligibles. Es solo un monótono mantra que se eleva y esparce.
- Sancta Virgo vírginum.
- Ora pro nobis
Los azotes van lastimando su espalda. El dolor es el camino al éxtasis místico y la autoflagelación su instrumento.
- Rosa Mystica
- Ora pro nobis
La sangre brota, un fino sudor le moja la frente.
- Mater inviolata
- Ora pro nobis
La respiración se agita, el corazón se sale.
- Mater puríssima.
- Ora pro nobis
Las puras manos de la santa han soltado el látigo, para recorren ansiosas sus pechos, su ombligo, sus piernas. Le late el alma, le late el vientre.
- Mater castíssima.
- Ora pro nobis
El milagro viene, no puede esperar.
Una luz cegadora ilumina el valle y desaparece en un segundo. La virgen cae vencida sobre el catre. Suspira relajada mientras un suave olor a rosas desciende sobre la multitud.
Bernarda Gui
bernardagui@gmail.com
El sol no acaba de ocultarse, hileras luminosas serpentean entre los cañaverales de San Isidro. Docenas de mujeres con cirios encendidos, vienen de todas direcciones. Llegan presurosas como todos los viernes al rezo de la letanía. Algunas vienen de recintos muy lejanos hasta el hogar de la santita. La fama de sus prodigios se ha extendido a otras aldeas. Cada viernes la multitud crece. Hace calor. Las devotas, con mantillas en la cabeza y vestiditos ligeros, se congregan al pie de la colina donde vive la joven penitente. Se dice jamás un hombre la ha visto siquiera, porque su pureza está consagrada desde el nacimiento.
El grupo espera en silencio la señal con la mirada fija en las ventanas abiertas del único cuartito iluminado del piso alto. Se escucha el primer azote seguido de una breve queja. Es hora de empezar. Una tía de la joven dirige el ritual.
- Sancta María.
- Ora pro nobis- responde el coro ardiente y fervoroso
- Sancta Dei Génetrix.
- Ora pro nobis
La joven sola en el cuarto, con un crucifijo pendiendo del cuello como único vestido, permite que la multitud sea testigo del sacrificio. El rumor de la oración no llega hasta sus oídos con palabras inteligibles. Es solo un monótono mantra que se eleva y esparce.
- Sancta Virgo vírginum.
- Ora pro nobis
Los azotes van lastimando su espalda. El dolor es el camino al éxtasis místico y la autoflagelación su instrumento.
- Rosa Mystica
- Ora pro nobis
La sangre brota, un fino sudor le moja la frente.
- Mater inviolata
- Ora pro nobis
La respiración se agita, el corazón se sale.
- Mater puríssima.
- Ora pro nobis
Las puras manos de la santa han soltado el látigo, para recorren ansiosas sus pechos, su ombligo, sus piernas. Le late el alma, le late el vientre.
- Mater castíssima.
- Ora pro nobis
El milagro viene, no puede esperar.
Una luz cegadora ilumina el valle y desaparece en un segundo. La virgen cae vencida sobre el catre. Suspira relajada mientras un suave olor a rosas desciende sobre la multitud.
Bernarda Gui
bernardagui@gmail.com
Me hiciste viajar a Zaruma, ya lo quiero visitar!
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